Las dudas atraviesan el final de la vida de Natalie Wood desde hace 39 años. La bella actriz, protagonista de “West Side Story”, “Esplendor en la hierba” y de “Rebelde sin causa” y tres veces nominada al Oscar con apenas 43 años, cayó al mar del velero donde estaba junto a su esposo, Robert Wagner, y su amigo Christopher Walken. Fue en la noche del 29 de noviembre de 1981, en que el alcohol y los sentimientos circulaban velozmente, y su cuerpo inerte fue encontrado al día siguiente, flotando en el océano Pacífico a varios kilómetros de distancia de la embarcación.
La sospecha de un crimen rondó la escena desde el primer momento. Sin embargo, las investigaciones policiales decantaron hacia el accidente. Sólo hace menos de una década, tras la publicación de un libro por parte del capitán del barco (en el que relató una violenta discusión entre la pareja de estrellas de Hollywood), la hipótesis giró y la mirada de la Justicia se posó sobre Wagner. Pero, hasta ahora, el caso no avanzó en su contra.
Natasha Gregson Wagner (hija de Wood y de su segundo esposo, Richard Gregson, pero que tomó el apellido de Wagner porque se crió con él) retomó la historia familiar en “Natalie Wood: what remains behind” (“Natalie Wood: aquello que persiste” y “Natalie Wood: entre bambalinas” son los títulos que circulan en español), la producción que esta noche a las 20 estrenará la señal de cable HBO. Este documental aborda la vida y la carrera de la actriz norteamericana de origen ruso. También se presenta como la versión definitiva del luctuoso episodio, pero no deja de ser una mirada más.
Laurent Bouzereau asume la dirección de esta película pero Gregson Wagner es la protagonista y narradora. Su rol es clave para que el propio sospechoso hable a cámara. “Nunca le haría daño a tu madre”, le respondió entre lágrimas Wagner, de 90 años, al romper años de silencio.
“Conversé antes de esto con él, pero no de la misma manera. Me parecía importante hacerle esas preguntas porque están en la mente de otras personas. Queríamos crear claridad sobre lo que sucedió la noche en la que Natalie murió para que termine la especulación”, responde la hija de Wood.
Wagner admitió que peleó con su esposa por celos, tras lo que Wood se fue supuestamente a su camarote. No se supo más de ella hasta la mañana siguiente, cuando fue encontrada muerta. La única voz del entorno familiar que cuestiona la versión oficial del accidente es la de la hermana de Natalie, Lana Wood, que no quiso aparecer en el documental.
La producción además recurre a películas caseras, fotografías, cartas y diarios nunca antes vistos como soporte de imagen; y a entrevistas inéditas a Robert Redford, Elliott Gould, George Hamilton, George Segal y Mia Farrow, habitués a las fiestas que daba el matrimonio, para ir más allá de la situación del fallecimiento de la actriz. La propuesta tuvo también como objetivo recuperar el legado de uno de los íconos del cine norteamericano de la época de oro dorado.
“Su mayor deseo era tener una familia, educar y criar a sus hijos como gente normal. Ella no perteneció sólo a una era; si estuviera viva, seguiría trabajando. Siempre se interesó por las nuevas generaciones”, afirma Natasha, que revisando viejos archivos de su madre se encontró con una carta de la actriz donde dejaba expresa su obsesión por no entremezclar las alfombras rojas con la vida privada. En ella, hablaba de su rechazo a ser “una de esas mujeres solitarias y rotas que buscan compañía mientras viven de recuerdos del éxito”.